Sus ojos apuntando hacia arriba y abajo sin descanso.
El humo del tabaco que ya lastima la garganta y hace áspera la lengua.
El hombre buscaba la luz, lo blanco.
Acompáñame y véngate. Seremos dos almas girando en una moneda, sobre y dentro de ella. Oscuro y miedo alrededor, blanca la orilla, seca la trompa, trompas de falopio.El humo del tabaco que ya lastima la garganta y hace áspera la lengua.
El hombre buscaba la luz, lo blanco.
Rápidos nuestros pies rosando el piso, rápidas nuestras lenguas despidiendo palabras y, lejos, el ojo, cuya pupila traspasa límites y se deshace en color y forma al tocar el vacío.
Era un gusto a pasillo, un pasillo largo y blanco, como por el que caminaba y anteriormente caminé por detrás de la figura alta y pálida de la muchacha morocha de pelo largo y lacio. Los dientes hipnotizados llevaba y la boca anestesiada por este olor.
Todo se mueve tan torpemente que el polvo se dispersa por el aire y las manos se aceleran.
Tengo ganas de fumarme un pucho-
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