viernes, 29 de mayo de 2009

caza de brujas

Todas, allí, mudas de tanto terror, terrible destino, esperando a que la muerte deje de amenazar, de hacernos sufrir y al fin actúe. Todo iba a desaparecer para nosotras, absolutamente todo, pero quién sabe qué más quedará, después del entierro de nuestros cadáveres, la venganza quizá florecerá, nuestra cabeza hechizada, que todo hombre nos teme, toda mujer se apiada de tanto y pretende respirar nuestra misma fama, nuestra misma próxima miseria.
Sabiendo que ninguna quedará, sabiendo que poco quedará, sabiendo estamos, casi hipnotizadas, pálidas, caídas, sin saber qué hacer, cómo enfrentar lo que vendrá y destrozarlo, así estamos, mirándonos, calladas, mirándonos en silencio, mirándonos mudas, mudísimas, estamos, sin saber que hacer.

viernes, 22 de mayo de 2009

essentir

Decís que no tenés tiempo, que no te faltan ganas. Decís que no soportás esto, que quisieras que fuese más sencillo. Decís que no tenés ideas, pero yo sólo pensé que se creaban. Decís que no podés parar, no podés seguir, no te podés quedar ahí.
Pero...
¿no nos sobra nada?
¿ni un poquitito de luz,
ni un poquitito de amor?

sábado, 16 de mayo de 2009

¿envidia, vos decís?

Cada vez que no queres volver a tu casa venis a mi y me decis me pedis si podés venir conmigo volver aquí conmigo que no queres estar ahí otra vez. Pero eso te agarra de noche, porque de día te la pasás con él y estás feliz, y llegas a mi casa y todo se te nubla y empieza a llover, mojas mis sábanas mi cama mi colchón, mojás el piso y el sillón. Pero cuando estás con él, la cama está seca, y más aún: arde en llamas. Y te pregunto para qué venis, por qué no te quedás ahí, a comer, a dormir a vivir, si estás feliz, para qué forzar todo, si estás feliz, ahí, estás feliz, y vas a venir, a volver a angustiarte, si ya no sirve esto, yo me pregunto (y te pregunto) ¿para qué venis? por qué no te quedás ahí, a comer, a dormir, a vivir. [si sos feliz]

otra vez

Otra vez soñé, soñé con vos, otra vez. Caminabas a mi lado, como si algo no te dejara separarte, porque me seguías, al pie de la letra, y mis palabras salían por mi boca y entraban en vos, las aceptabas, otra vez. Soñé que no nos podíamos perder, estábamos atrapados en nosotros y caminábamos, siguiendo algo, ninguno sabía qué, otra vez. Recorríamos un barrio, que no era ese mismo barrio, sino otro, que tenía calles viejas y de las más nuevas, calles anchas y angostas, habías cielos oscuros y los más claros amaneceres, tu voz suave y un grito de repente, otra vez.
Soñé que no sabías si estabas haciendo lo correcto, si seguirme sería algo bueno, pero igual lo hacías, mientras las palabras salían por mi boca, retumbaban en el eco de la calle, y rápidamente entraban en vos, otra vez.