domingo, 28 de septiembre de 2008

un tornado

Noche a noche el humo desaparece. Se hace polvo, se raja en cenizas y cae, se estrola contra el piso, el vidrio, se rompe en pequeños pedazos, y si el polvo vuelva, ya es pasado.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Nodriza

Él se va a paso rápido y, al darme vuelta, ya entró en el tumulto de gente y no llego a visualizarlo. Sigue estando allí, moviendose como lo hace a diario. Habla como siempre, pero quizás mira diferente, o yo lo noto cambiadao, puede ser sólo algo que no había vislumbrado antes.
Vislumbrar entre gotas, gotas de agua gotas, de lluvia gotas. El cielo lleno de gotas y antes el árbol con sus finas ramas, secas ramas, sin hojas sus ramas blancas, y más allá varias ventanas, pocas con luz, de un edificio, oficio, vicio, servicio, rojo, blanco, gotas. Aquí dos cuerpos, estos cuerpos, nuestros cuerpos, apoyados contra una pared roja, llena de bustos, sustos, justos, blancos, gotas.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Desatormentándonos

Sacándonos la tormenta de encima, de nuestras cabezas. Llenando nuestros pulmones hasta el explote y vaciándolos brusca y ferozmente remover las nubes, lejanas o cercanas, amenazadoras y protectoras.
Escapar y tratar de que el futuro, que nos llueve en la cabeza, no nos sorprende, no nos haga atragantar, y toser, y tener ganar de salir de allí, abrumándonos, para cuando estemos fuera poder abrir el pecho y respirar, hondo, respirar, profundo.
Frente a ese futuro, que nos amenaza, abrir el paraguas, tener siempre una respuesta, estar listo, en posición de defensa, de defensa y ataque al fin. Y que, entonces, el futuro no se nos quede impregnado, húmedo y pegado a la piel, como la ropa mojada, porque uno pretende vivir en su presente, cautivo y abierto, en él, que es tan amplio, tan amplio que enmarca a esa lluvia, y esa tormenta, las nubes y el frío. Un futuro que se puede convertir en resfrío, estornudo, gripe quizás, o simplemente, pasar, y transformarse en sol.