Noche a noche el humo desaparece. Se hace polvo, se raja en cenizas y cae, se estrola contra el piso, el vidrio, se rompe en pequeños pedazos, y si el polvo vuelva, ya es pasado.
Póngase cómodo. Disfrute la función. Cierre la puerta, abra la ventana y prenda una pequeña luz. Desabríguese, sino cuando salga se resfriará.
Aquí está protegido-
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