Todas, allí, mudas de tanto terror, terrible destino, esperando a que la muerte deje de amenazar, de hacernos sufrir y al fin actúe. Todo iba a desaparecer para nosotras, absolutamente todo, pero quién sabe qué más quedará, después del entierro de nuestros cadáveres, la venganza quizá florecerá, nuestra cabeza hechizada, que todo hombre nos teme, toda mujer se apiada de tanto y pretende respirar nuestra misma fama, nuestra misma próxima miseria.
Sabiendo que ninguna quedará, sabiendo que poco quedará, sabiendo estamos, casi hipnotizadas, pálidas, caídas, sin saber qué hacer, cómo enfrentar lo que vendrá y destrozarlo, así estamos, mirándonos, calladas, mirándonos en silencio, mirándonos mudas, mudísimas, estamos, sin saber que hacer.
viernes, 29 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario