Estás ahí, callada, y qué suerte que te disponés a pararte y a irte. Cuando ya el tiempo no sabe que hacer, y el silencio nos gana. Qué bueno que te hayas ido, sino seguiriamos acá, una frente a la otra, sin decirnos nada, o vos, criticándome, porque lo único que hago es no hablar y yo quejándome, qué hay de malo en ello.
Pero por un rato, es mejor que ni nos miremos, que ni nos crucemos, por lo malo que fue todo, por lo bueno que queremos que amanezca y despierte, frente a nuestros ojos. Por ahora callemos, que nada va a estar del todo bien y es mejor, que no seamos nada por un tiempo, un tiempo más largo, sólo miradas tratando de enganchar y de esquivarse, siendo cada vez más diferentes, gracias a todo, gracias, por ser así, por mirarme, por desconfiar, y pensar, que otra vez, no soy yo, que otra vez, hago mal, que otra vez no queres ni creer.
lunes, 23 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario