sábado, 23 de agosto de 2008

Rindiendole culto al rey

Sobre mi cama estas y te despierto con una caricia, anunciando el fin. Hablas y te percibo, y pasas por una puerta sin la necesidad de que se encuentre abierta.
Amas, porque lo siento, quizás también respiras, pero no se oye. Y sabes que estamos afuera, sentado uno frente a otro, rendiéndole culto al rey. Sentado uno frente a otro, fijos nuestros ojos. Y no sabes por qué tienes que estar frente a mí, sin poder sentir. La ceniza se cae y con los dedos se deshace, sin querer que pase. Los rayos del sol iluminan y con la mirada te deshaces, sin querer que pase.
Te sentía y no existís; mientras le rendíamos culto al rey. A la reina, que compuso esta miel, que nadie puede ver. Al pez, que nada tranquilo disfrutando el frío mar, que nadie vio, ni conoció. Y todo, que se arma y destruye frente a mis ojos, con la fuerza de lo imperceptible, invisible, inerte, incoherente.
Imaginación.

No hay comentarios: