martes, 6 de mayo de 2008

terraneosub

Rápidas caminatas por inmensos laberintos. Espera. Puerta que se abre. Aquel espacio libre entre unos y otros vale oro. Dieciocho treinta, hora pico. Puertas que se cierran dando comienzo a un tan esperado reacomodamiento, pequeño reacomodamiento. Dedos que pasan, manos que encuentran, ojos que miran. Una vez más: Espacio.
Distintas miradas con diferentes destinos se enriedan, se entrelazan, se olvidan.
Estación General Urquiza. Varios ojos abandonan este efímero ecosistema, otros lo recompondrán.
¡Alto! Reloj. Mano que viaja, que busca comodidad. Pero ahora somos menos y las miradas son más presisas, intimidan. Dieciocho cuarenta y cinco, y mi cabeza funcionó el doble. Última palabra. Escape final.

1 comentario:

violonchello dijo...

es lo peor de nuestras vidas el subte a esa hora